¡Daño al daño también mi amor!
No 
importa 
cuánto 
me 
puedas 
alejar 
de 
la 
realidad, 
yo 
siempre 
vuelvo.
Y querer lo que querer sin tener que lastimar. Recordando que tu amor se robo mi dignidad.
Tus reglas son distintas a las mías.

Estoy tan lejos tratando de olvidar. 
No te miento: te extraño, y a pesar que transcurrió tanto tiempo aún guardo tu retrato.
No importa que hoy te alejes de mí, me extrañaras mañana.
Aún recuerdo aquel adiós, aquel adiós tan frío y seco. Aquella despedida sin un simple abrazo, un simple beso. 


La ausencia de cariño, tu distancia, tus palabras. EL ECHAR DE MENOS ALGO PARA EL CUAL YA NO ERES NADA.
El perdía en esa botella su rencor.
Ella con frialdad paseaba con otros por la ciudad.
Ella no tiene dueño, controlarla es más que difícil.
Adoro sentir sus ojos sobre mí 
cuando no lo miro.